ZL_DondeNadieOyeMiVoz

Ahora mismo creo que mi vida es buena a secas. Creo que se encuentra en un punto medio entre los ojos de Polina y los de Andras. Una de las razones por las que Polina asegura que mi vida es triste es porque mi madre murió el día en que yo nací. Y aunque le he tratado de explicar que no pue- do extrañar algo que nunca tuve, ella dice que sólo es- toy reprimiendo mis sentimientos y que algún día todo eso acabará desbordando mi alma. Entiendo que es duro perder algo que ha sido tuyo y que has querido con todas tus fuerzas. Yo, por ejemplo, aún no acabo de reponerme por la pérdida de Polina, pero por más que lo intento no puedo echar de menos algo que jamás me perteneció. Mi madre es para mí algo más cercano a un dios: no puedo acabar de creer en ella porque nunca la tuve, nunca la sentí, nunca fui feliz a su lado. Incluso no estoy seguro de que hayamos comparti- do siquiera un instante en esta vida porque siempre he creído que cuando yo nací, mi madre, ya estaba muerta. Andras dice que mi vida es maravillosa porque de vez en cuando puedo tomarme una cerveza delante de mi padre cuando por internet seguimos las trans- misiones de los partidos que el K juega de visita. En realidad nuestro equipo se llama Kassai, pero sus se- guidores, de cariño, le llamamos simplemente K. El he- cho de tomar un par de latas de cerveza para controlar los nervios que provoca una horrible señal que viene y 17 I