ZL_DondeNadieOyeMiVoz
le temo ni me agobia, pero es inútil: soy yo quien ha- brá de habitar dentro de un ataúd por toda la eternidad y sin embargo es mi padre quien sufre por ese encierro. Superman y Yahvé, el dios de los cristianos, son los dos personajes de ficción favoritos de mi padre. Fue por Superman que Lajos comenzó a interesarse por los cómics. Fue una casualidad. Alguien olvidó en un tren una revista de dibujos cuyo personaje principal era un hombre que vestía lo que parecía ser una pija- ma azul y una capa roja y que daba la impresión de ser muy poderoso. Como estaba escrita en inglés, idioma que mi padre aún no conocía, en el trayecto que faltaba para su destino fue inventándole una historia a aquel personaje e incluso con un bolígrafo tachó los letreros originales y se encargó de traducirlos al húngaro. En la historia de mi padre Clark Kent y Superman no eran la misma persona sino hermanos gemelos que estaban enfrentados. El primero era el héroe, mientras que el segundo el villano y por eso las escenas de fuer- za, como levantar un ferrocarril o frenar un meteori- to, eran acciones destructivas en lugar de hazañas. El guión de Lajos estaba tan bien articulado que las imágenes correspondían perfectamente con la histo- ria y el hombre de acero parecía el más perverso de los criminales. 25 I
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