ZL_DondeNadieOyeMiVoz
que el Kassai consiguió su pase a la Europa League. Debe ser hermoso coincidir con el nombre que te ha tocado en suerte. Usted, por ejemplo, sí tiene cara de Adrienn. —¿Le parece? —Una Adrienn en toda la regla —aseguró el vampi- ro—. Por lo menos por hoy. —¿Por hoy? —Creo que se debería cambiar de nombre de vez en cuando. Por lo menos una vez cada cinco años. Las per- sonas no siempre son las mismas. A final de cuentas tu nombre, cualquier nombre, es un gato sigiloso que por la noche, sin que te des cuenta escapa de ti y vaga en busca del cuerpo que en verdad le corresponde. No im- porta lo que diga un acta o un diploma: tú eres ese que está más allá de un montón de letras temblorosas y te lla- mas como quieren que te llames los gatos de la noche. —Interesante teoría. —No es teoría, es una realidad. Los nombres son ines- tables por naturaleza. Lajos, por ejemplo, estuvo a punto de cargar para toda la vida con un nombre que no le co- rrespondía en lo más mínimo. Tenía tan sólo siete días de nacido cuando lo llevé a la oficina del registro civil. Cuando el funcionario me preguntó cómo se llamaría el niño le respondí que Lago. ¿Lajos?, rectificó el empleado. No, Lago, le dije y entonces en un trozo de papel escribí el nombre tal y como yo lo quería. ¿Lago? Lago no significa nada, me reclamó. ¿Y qué significa Lajos?, contraataqué. 32 Do n d e n a d i e oye m i vo z J u a n Ca r l o s Q u eza d a s
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