ZL_DondeNadieOyeMiVoz
toparon con un Lajos bebé. Pensé que por lo menos por aquel día mi hijo tendría el nombre correcto. Después del discurso que había recitado casi sin respirar, Lajos bebió de un vaso de agua, suspiró y se quedó mirando por un rato un cuadro con la imagen de Freud que adornaba la pared. —Ningún paciente me había dado una explicación tan amplia acerca de su nombre. —También podría llamarme No nacido, Resucitado, Monstruo y Sanguijuela. —Dejémoslo en Lajos Holosko —dijo la señorita Adrienn al tiempo que anotaba el nombre en el expe- diente—. ¿Lugar de nacimiento? —Algún punto perdido en la estepa de lo que hoy es Mongolia, aunque desde hace años vivo en Budapest. En un sótano de la calle Orlay. La señorita Adrienn hizo una anotación y aprovechó para dar una calada a su cigarro. —¿A qué se dedica, señor Holosko? —Dibujo cómics y vendo antigüedades. —Qué interesante. —Y también soy vampiro —agregó Lajos encimando sus palabras a las de la psicóloga. Lo mencionó, sin em- bargo, con una mezcla de orgullo y culpa. Como quien confiesa una feliz fechoría. —Un dato relevante —dijo la mujer asintiendo y des- pués volvió a las anotaciones de su libreta. 34 Do n d e n a d i e oye m i vo z J u a n Ca r l o s Q u eza d a s
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