Lectora de sueños

13 —¡No, no!, solo que… —no supo cómo terminar la frase. A. O. cortó el penoso silencio. —A que tu poeta favorito es Pablo Neruda. A que sí. Chloé estaba sorprendida. —Sí, ¿cómo lo sabe? —Pues este poema huele a él desde la mayúscu- la inicial hasta el punto final —dijo tendiéndole la hoja de papel. Chloé volvió a sonrojarse. —No me malinterpretes. No te estoy acusando de plagio. Lo que quiero decir es que es mucho su estilo. Tampoco es que escribas como él. No se puede imitar a la perfección a un genio. Lo que pasa es que tratas de copiar su estilo y se nota. Si deseas escribir realmente debes buscar tu propio estilo. Tampoco quiero decir con esto que no debes leer para no “con- taminar” tu estilo —al decir eso, hizo un gesto muy cómico con las manos—. Los supuestos escritores que dicen eso nunca llegarán a publicar nada. Tratar de imitar es un buen comienzo, si se imi- ta a un buen escritor. Pero como al parecer ganas premios y todo, pienso que ya estás en otra etapa y lo que debes hacer ahora es buscar tu estilo per- sonal. ¿Comprendes? Sí que comprendía, no había perdido ni una sola de las palabras de A. O. Se podría decir que se las había devorado, o quizá que las había tatuado en su cerebro con tinta indeleble.

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