CYC_AntologiaDePoesiaLatinoamericanaContemporanea_Cruz

JUAN GUSTAVO COBO BORDA 17 y luminosa que surgió al margen del trabajo como abogado de un hombre que nunca silenció el mundo rumoroso de su país mítico. No el sur deColombia, lindante conEcuador, enel departamentode Nariño: LaUnión, sinomás bienuna casayuna infanciade caballos, músicas, hermanos y lecturas, señaladas apenas por unahoja verde, de lozanía y gracia. Era, si se quiere, lo que más tarde el chileno JorgeTeillier llamóuna poesía lárica: del lar, del campo primordial, del original espacio sin fronteras de la imaginaciónprimera, donde los sentidos entregan el mundo sin racionalización que lo escinda: todo es uno, lanaturaleza se palpa y se piensa, de forma simultánea. *** Al hablar del periodo entre 1920 y 1955, el crítico José Olivio Jimé- nez refirió el paso “de la aventura estetizante de entreguerras hacia esta otra poesíamás llana, suelta y natural, vuelta afanosamente al quehacer del hombrey sucircunstancia”. Laprimera, lapoesíapura, provino de Francia gracias al intelecto que cantó en Mallarmé y luegoenPaul Valery; cuyaobra, El cementeriomarino (1920), habría de tener un poderoso influjo enAmérica. De ahí que haya suscitado tan variadas traducciones, como aquellas realizadas por el poeta argentinoRaúlGustavoAguirrey tambiénpor el colombianoCarlos Martín. Asimismo, la otra vía de la poesía, que pudiéramos llamar surrealista–cuyoneorromanticismode libertadyasociaciones ima- ginativas también se deriva de una Francia que buscabamostrar lo irrisorio de la razón después de dos guerras mundiales perdidas–, también habría de irradiar y ser fecunda en nuestra América. Lo confirman las obras deOctavioPaz yNicanor Parra, nacidos ambos en1914, enel crudoescenariode laPrimeraGuerraMundial. Si Paz era la lucidez encarnada, exprésese enpoesía o ensayo, Parra

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