CYC_AntologiaDePoesiaLatinoamericanaContemporanea_Cruz
Poesía latinoamericana: un lento repaso 34 Yo ya no existo lo sé; lo que no sé es que vive en lugar mío. Pierdo la razón si hablo, pierdo los años si callo. César Aira, quien la conoció, concluye su breve libro sobre Ale- jandra Pizarnik con este juicio: “Alejandra Pizarnik fue la última encarnacióndel poeta ‘maldito’ de la tradiciónmoderna. Para serlo, adoptó lo actitud surrealista: la poesía como ‘actividaddel espíritu’, la fusión de vida y poesía en términos demito personal, y las armas extremistas de la pureza. Pero ella ya estaba más allá”. *** Unañodespués demuerto, enel 2003, la editorial de laUniversidad de Antioquia publicó la Poesía completa de José Manuel Arango, en 346 páginas. Una obra muy limpia y depurada, de poemas bre- vesmarcados por el diálogo constante con la naturaleza (palomas, perros, serpientes, montañas) que daba fe de su niñez campesi- na y la necesidad de mantener vivo ese contacto. Desde su primer libro, Este lugar de la noche (1973), son personajes de sus versos ciegos y sordos en asilos y hospitales, tanteando las sombras, y la muerte, afinando los rasgos de todos, incluido ese poeta “solitario y vano”. Poesía contemplativa, de mirada atenta, en la que reconoce su deuda con poetas norteamericanos a quienes tradujo conmaes- tría (EmilyDickinson,WilliamCarlosWilliams,Wallace Stevens) y donde la ciudad se vuelve escenario para los amantes, que traen consigo la resurrección de los dioses y para los muertos que, en calles y plazas, se encargan de recordar la violencia que padecía Medellín pero además se proyectan, como todo en su poesía, hacia un sustrato ancestral, de sacrificio iniciático.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTkzODMz