CYC_AntologiaDePoesiaLatinoamericanaContemporanea_Cruz

JUAN GUSTAVO COBO BORDA 43 inhóspito. Su poema Bogotá, 1982 (1982), por ejemplo, nos habla de la “la desconfianza, el recelo / entre sonrisas y cuidadas corte- sías”. Así, en un intento de fundir Borges conCavafis elaboraba ese monólogo, infectado de literatura, que no alcanzaba a maquillar su pesadumbre. La “cocinera, madre y poeta”, como se definió, no lograba que el ejercicio del verso exorcizara sus temores recurren- tes: la vejez, el fracaso de las relaciones afectivas, la violencia que secuestraba a su hermano y enmudecía a un país intimidado. Por ello, seguía escribiendo, de modo cada vez más lacónico, como en El canto de las moscas (1998): simples, tajantes anotaciones; epi- tafios de los pueblos donde habían ocurrido masacres, fueran de la guerrilla o de los paramilitares. Volvía, entonces, el irrefrenable anhelo, como mujer, de una intimidad compartida ante el peligro. La petición para que “el dulce engaño de ser tú y yo, dure / el vasto tiempo de este instante”. Muy consciente, eso sí, de su fragilidad, visible en el diálogo con suhija, enel coloquioconsupadre, el poetaEduardoCarranza, ensu rabiosa amargura por una patria que no terminaba por cobijarlos a todos: Escribo en la oscuridad, entre cosas sin forma, como el humo que no vuelve (…). Palabras que no tienen destino y que es muy probable que nadie lea igual que una carta devuelta. Así escribo. *** El grupo Tráfico, en Venezuela, planteó sus propuestas, en 1981, a partir de la parodia de un verso deVicenteGerbasi: “Venimos de la

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