CYC_CuentosDeLaCalle_Cruz

13 Desde diversas sensibilidades y tonos, centenares de novelas y cuentos se han abierto camino mediante experimentaciones ver- bales y estructurales, logrando renovaciones en las formas tradi- cionales y exploraciones en lamultiplicidad temática y emocional que ofrece la vida cotidiana contemporánea (Giraldo, 5). Álvaro Cepeda Samudio, por ejemplo, tanto en su narrativa cuentística como novelística, es un exponente de ese afán experi- mental. Su novela La casa grande está fragmentada de tal manera que el lector se pierde entre sus capítulos y debe casi reconstruirla para entender el argumento. Por otro lado, el rasgomás representativo de los noventa es el re- tornodel cuentoa la anécdota, alplacerdecontarporcontar.Cuentos como Lamuerte del enano: versión Bustamante de Humberto Dora- do Miranda demuestran que no se necesitan grandes formas para crear grandes cuentos y que una anécdota bien narrada no requiere demasiados ornamentos. Sin embargo, es de notar que el lector del siglo xx (y de comienzos del xxi ) es también un lector pluralizado. Dicho pluralismo implica el hecho de que para cada postura hay un público y de que no por el hecho de escribir una narrativa contem- poránea las corrientes antiguas pierden su encanto. Asimismo, este lector plural es ecléctico: puedeapreciar con tantogusto los cuadros de costumbres de Tomás Carrasquilla, las dificultades formales de Cepeda Samudio o el cuento anecdótico de DoradoMiranda. Una antología de la calle A mediados del siglo xx , cuando la literatura comenzó a “urbani- zarse”, lamodernidad y sus temas se convirtieron en tópicos recu- rrentes: la ciudad, el individuo, la soledad y, naturalmente, la calle. El hecho de que la literatura y la cultura dejaran de enfocarse en la provincia implicó ampliar el imaginario a lo urbano.

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