CYC_RomeoYJulieta_Cruz

17 Piedad Bonnett Vélez por ejemplo, dice Julieta a la nodriza: “¡Si es casado, mi tumba se me gura mi lecho nupcial!” Ante las lamentaciones de la misma por la muerte de Teobaldo, pregunta la muchacha: “¿Se ha dado muerte Romeo?” Y luego expresa el in nito dolor que esto le cau- saría. Pero tal vez la muestra más dramática de esta ironía trágica está encerrada en las palabras de lady Capuleto, disgustada por la negativa de Julieta a casarse con Paris: “¡Ojalá se desposara con la tumba esta necia!” En esta obra el humor no corre solamente por cuenta de la no- driza. Las escenas picarescas protagonizadas por los criados per- miten la intromisión de lo prosaico enmedio de lo elevado, mezcla tan común y bien realizada en las obras de Shakespeare. En ellas el espectador se relaja y sonríe. Yel entorno de la acción se con gura, se llena de verosimilitud, de realismo. Lanoche es el ámbitopor excelenciadel amor-pasión, y es natu- ral entonces que buenaparte de esta obra transcurra en sudominio. Espaciopropiciopara lafantasíayel sueñoes tambiénelmarcoideal para los placeres eróticos. La obra en que Shakespeare explota de forma más poética el tema de la noche como desencadenadora de pasiones es Sueño de una noche de verano ; los personajes se ven allí envueltos en un entramado de acciones que alienta los deseos y hace posible lo imposible; los amantes cambian el objeto de su amor, los dioses sufren de celos por causa de los humanos, y Tita- nia, la reina de las Hadas se rebaja al grotesco amor de una bestia. La noche, pues, propicia el encantamiento que trastoca los afectos de los personajes. Surgiendo el día todo retorna a la normalidad. Amor y muerte se realizan en Romeo y Julieta en un ambiente nocturno: el encuentro en el huerto frente al balcón que hace decir a Julieta, una vez se ha despedido Romeo: “¡Oh bendita, bendita noche! Cuánto temo, por ser ahora de noche, que todo esto no sea

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