SYL_LasPesquisasComenzaronEnBakerStreet

1 2 Llego a la pequeña oficina; en la puerta de vidrio leo nuestros nombres: Durán & Lombardi Investigaciones. Sonrío con algo de orgullo; no se ve mal. Deduzco que la señora López, la secretaria, ya ha llegado: pude oler su per- fume en la escalera del edificio y en el pasillo. También mi socio, el viejo Durán, ya ha encendido su pipa y está con un cliente, alguien que no se limpió bien los zapatos antes de entrar. Bueno, este es mi trabajo, soy detective, pero antes que eso soy aprendiz del viejo y, es más, aunque creo que todavía soy un principiante dubitativo y ansioso, como dije antes, no cambiaría mi oficio por ningún otro. Mi vida monótona no cambió con mi salida de la acade- mia. Comencé buscando mascotas perdidas o ladronzuelos de supermercados; pero cuando me asignaron un caso ver- dadero, nunca imaginé lo que se me venía encima, y en esto tuvo mucho que ver el haber conocido a mi veterano socio. Recuerdo al primer detective que vi en acción: era mi pri- mo, y había estudiado por correspondencia. Cuando yo era apenas un niño, mi mamá lo contrató para que descubriera quién había dañado su secador de pelo; nunca pudo hacerlo pero culpó a mi papá.Yo seguía paso a paso sus indagaciones y tomaba nota de sus errores. Claramente el culpable era yo, que secaba mis estampillas de colección con ese viejo y deteriorado aparato, pero él jamás me incluyó en su lista de sospechosos. No sé si fue esa tontería la que me hizo pensar en entrar a la academia de investigaciones; el caso es que cambié los cómics del Oeste y la ciencia ficción por Dick Tracy , The Spirit y las películas de Humphrey Bogart.

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