ZL_LaLluviaSabePorqué
I Nadie cae con estilo cuando recibe un empujón. Años atrás, cuando Antonio tenía apenas 12, en su primer día de clases en el colegio al que acababa de cambiarse, recibió el empujón de un compañero y cayó a la piscina. Era la broma obligatoria de bienvenida para los nuevos. Cuando sacó la cabeza del agua vio a un montón de desconocidos riéndose de él. Los segundos iniciales fueron patéticos: los manotazos de ahogado, el agua en la nariz, el pelo en la cara y ese gesto de alelado que no entiende lo que está ocurriendo. Fue el profesor, también entre carcajadas, quien le extendió una mano para que saliera. Cuando llegó a casa, su madre le recibió sonriente y con la pregunta habitual: —¿Me cuentas tu día con tres palabras? 13
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