TAZ_QueProblemaConMiNombre
1. Sucedía que… d esde hacía dos semanas y cinco días, exacta- mente, me estaba borrando de la faz de la tierra. A punto de desaparecer, el domingo en la maña- na salí al parque a pasear con mi abuelo, una de las pocas personas que todavía podía verme. —¡Qué cosa más rara!… —dijo él ese día, no porque se daba cuenta de lo que pasaba conmi- go, sino hablando de las palomas que camina- ban a nuestro alrededor, y señalándolas con su dedo curvo—, hoy no vino Moteadadeblanco. Tal vez esta mañana no estaba para lecciones. Por la forma como mi abuelo dijo “Moteada- deblanco”, de inmediato me di cuenta de que no describía a la paloma faltante, sino que la 11
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