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34 Literatura Antología De cómo Franz aprendió a leer Franz tocó la puerta de la casa de Gabi. —Tú no me creíste —le dijo Franz, y se sentó encima del canasto de la ropa sucia—. Ahora vas a ver que sí sé leer —le dijo Franz, y abrió su libro acerca de la vida del campo. —Mamá, mamá, ven acá, por favor —gritó Gabi—. Yo no sé leer. Tienes que quedarte y ver si Franz realmente sabe hacerlo. Y este comenzó a leer. Lo hizo con mucha astucia. No recitaba los versos a toda velocidad, uno tras otro. Leía como si le costara mucho trabajo hacerlo. “Cer, e, erdo, que ser, ás com, comida”, leía. Cuando comenzó a leer el tercer libro, la mamá le dijo a Gabi: —Basta, Gabi, Franz no ha dicho ninguna mentira. Él puede leer. Es verdad que puede leer. —¡Por supuesto que sé leer! —dijo Franz. Enseguida, se puso sus tres libros bajo el brazo. —¿Estás enojado conmigo? —le preguntó Gabi—. Perdóname por no haberte creído. Desde entonces, Franz tiene que leerle todo a Gabi. Le lee los letreros que ven en la calle y en el parque, los textos de los libros ilustrados, las hojas de propaganda que reparten en la calle y, por supuesto, también los titulares de los periódicos y las revistas. A Franz siempre se le ocurre algo cuando Gabi le muestra algún texto. Pero siente algo de miedo cuando piensa en el próximo año, porque incluso le ha leído a Gabi el libro para aprender a leer que ambos utilizarán. Se lo ha leído entero, de la primera a la última página. Y Franz no está seguro de que las historias que él ha inventado sean realmente las historias que están en el libro. Adaptado de NÖSTLINGER, Christine. Más historias de Franz . Bogotá: Norma, 1990. canasto: cesta u objeto grande y redondo para guardar cosas, como ropa o comida. Glosario ¿Por qué crees que en el cuento se dice que Franz empezó a leer con mucha astucia? Mientras lees Realiza el Taller de comprensión de lectura crítica, pág. 192.
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