TA_CupidoEsUnMurciélago
37 En mi corta experiencia, cada vez que me ha sangrado la nariz dentro de territorio hogareño, he acudido a mamá, quien después de poner cara de susto me ha dicho: «¿Ya ves lo que te ocurre por meterte los dedos a la nariz?, ve a lavarte». Pare- ciera como si muchos de los problemas de madres e hijos se solucionaran con agua y jabón. Al menos mi mamá está llena de frases que sugieren aseo: «¿Ya te lavaste las manos?» «¿Qué esperas que no te bañas?» «Te limpiaste bien detrás de las orejas?» «¿Ya te cepillaste los dientes?» «Ve a sonarte». A veces he llegado a pensar que mi mamá, además de mirarme como a la luz de sus ojos, el tesoro de su vida y la razón de su ser… también me mira como a una pequeña máquina producto- ra de mugre. En una ocasión, cuando yo estaba a
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